Ya en la parte I y II de esta serie hemos hablado sobre la existencia de contratos y la vida sindical, demostrando que México es un país que labora sin documentos escritos de ingreso al empleo y con una cada vez más marcada tendencia a no echar mano del uso de los sindicatos.
Hoy toca turno al último elemento que define flexibilidad el cual es el comportamiento salarial y saber cuál es la dirección que tomó durante el periodo 2007-2012 que es el que se ha utilizado aquí.
Empezaremos definiendo a los salarios como una retribución económica que se lleva a cabo después de cada cantidad de jornadas trabajadas. En toda actividad laboral informal o formal siempre existe una retribución la cual debe permitir la reproducción y desarrollo del ser humano durante una etapa de su vida.
No sólo en México, sino en cualquier parte del mundo, el hecho de encontrarse en la formalidad en el trabajo permite que el salario sea negociable a la alza, ya que al existir un contrato de por medio, de alguna forma las leyes pueden amparar de forma más ágil al trabajador. Si carecemos de un contrato, la fijación de una paga resulta poco clara, aunque en países como el nuestro, el salario que se paga siempre es objeto de discusión debido a que no es suficiente para cubrir los satisfactores básicos de toda unidad familiar, sin importar si la persona cuenta o no con un contrato escrito.
En buena parte de América Latina y México lo citado en el párrafo anterior no es la excepción, ya que el acceso a un empleo no garantiza el consumo de bienes y servicios de calidad, debido a las malas condiciones del lugar donde se trabaja o la baja productividad del sector. Tener un empleo en México no garantiza que será sinónimo de una buena calidad de vida a pesar de que año con año el salario mínimo aumenta un determinado porcentaje, pues los aspectos inflacionarios nos llevan a que el poder adquisitivo cada vez sea menor, lo cual debe quedar mejor ejemplificado en el siguiente cuadro.
EVOLUCIÓN DEL SALARIO REAL Y NOMINAL EN MÉXICO 2007-2012
FUENTE: Elaboración propia en base a datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
NOTA: Los salarios reales son 2012=100
El salario nominal es aquel que aparece en los contratos y aumenta año con año, mientras el real es la cantidad de dinero que tenemos para poder gastar después de hacer ajustes respecto a la inflación. Como se puede ver, el salario desde 2007 a la fecha prácticamente se ha mantenido igual, teniendo una rigidez para que este pueda elevarse.
Hoy ya sabemos que México labora con ausencia de contratos, tiene poca vida sindical y sus salarios son rígidos a la alza, por lo que cumple de forma perfecta con las tres condiciones de un mercado flexible de trabajo. Ahora la pregunta que se viene a la mente de todos, es por qué discutir y aprobar una reforma laboral que vuelva al mercado de trabajo flexible si éste ya lo era desde 2007 a la fecha.
La única respuesta que podemos dar es el hecho que la situación de la subcontratación (outsourcing) ya nos ha rebasado, a tal punto que la nueva Ley Federal del Trabajo tan sólo da reconocimiento y vuelve legal este tipo de prácticas.
Otro aspecto relevante de la reforma laboral es que busca que México siga siendo atractivo a la inversión extranjera directa debido al bono demográfico y la rigidez salarial con la que vivimos. Nuestros productos llevan un coste no tan elevado debido a que la mano de obra sigue siendo relativamente barata y al momento de colocarlas al extranjero resulta benéfico para los empresarios, pues la ganancia se aumenta.
México está hoy sumido en una espiral, donde los salarios son y serán bajos por mucho tiempo, la calidad de la mayor parte de los empleos es mala y orilla a buena parte de los trabajadores a la informalidad o migración. Muchos problemas que podían tener solución con otro tipo de reforma laboral, y para nada con la que se aprobó el año pasado.
FUENTE: sdpnoticias.com/Edmar Ariel Lezama Rodríguez